La Tierra que llevo en mi piel, la Zafra

Comparte
Mar e Ignacio ©LaZafraVinos

Bodega : La Zafra
Papel en la bodega : De las viñas a la botella
Región : Monóvar, Alicante
Tamaño viñedo : 7,5ha (2,5ha de sus primos)
Tipo de viticultura : vino natural

https://www.instagram.com/lazafravinos/

https://lazafra.es/

La vida seguía su curso y los veranos se sucedían en la tranquila Sierra de la Zafra. Como su padre, su abuelo y todos los anteriores, el padre de Mar, electricista, en su tiempo libre cuidaba de esa tierra que había heredado y que siempre había conocido. Esa tierra, viva y guardiana de tantos secretos y recuerdos familiares, era mucho más que una tierra, era parte de la familia.
Mar se había ido a vivir a Ciudad Real y visitaba a su Zafra cada verano, como quien visita a su abuela. Pero la sabía entre buenas manos, su padre la cuidaba.
Así que en aquel día del 2010, cuando el rio de la vida decidió cambiar su curso y la Zafra se encontró sin quien la cuidase, Mar supo en lo más profundo de su ser que era su turno. Responsabilidad o amor a la Tierra, llámenlo como guste, Mar decidió encontrar la forma de seguir caminando junto a la Zafra.

Mar había estudiado comunicación y publicidad, pero como si siempre hubiese sabido que un día volvería a la Zafra a cuidarla, había hecho un master en desarrollo local e innovación territorial. Con Ignacio, su novio técnico agrícola y agroecologista, buscaron entonces un modelo que les pudiese permitir mantener esa tierra conjuntamente y hacerla rentable.
Con 1ha, sacarían unos 3000kg de uvas y de allí unas 2500 botellas. Por menos de 8€ la botella, no es rentable e incluso así, por debajo de 10 000 botellas la empresa no es rentable.

Así que al principio acumularon trabajos hasta encontrar su equilibrio, sus canales de venta y su mercado. Muchas veces se olvida lo que significa el precio de un producto.

Por ejemplo, los vinos “Nu” de Mar e Ignacio, desnudos de químicos, vinos que no tienen nada que esconder, se vendimian a finales de agosto-septiembre, cuidosamente, seleccionando en las viñas las uvas más sanas y en cajas de 15kg máximo para no estropearla durante el transporte hasta la bodega. Acabarán su proceso de vinificación en febrero. Para ciertos de esos vinos, pasarán luego 6 meses en barrica antes de su puesta en venta. Y para otros puestos en botella en 2021, el trabajo empezó con la poda de sus viñas en 2016… Y esto, obviamente, se refleja en su precio. Y cuanto más pequeña es la producción, más impacto tiene.. Además, un vino bien hecho y artesanal, que conserve todavía todas sus propiedades naturales nutritivas y probióticas (bebida fermentada), requiere mucho trabajo y dedicación, y eso también tiene un precio. 
Cuando compras un vino muy barato tienes que preguntarte entonces qué pagas. Sobre todo cuando sabes que de media sólo la botella, el corcho y la etiqueta cuestan 0,5€ por botella, y nos queda por sumar la caja de cartón para el transporte, el transporte, los análisis para la venta, la certificación si la hay, la promoción del vino, amortizar los costes de la bodega y las viñas, la maquinaria, la electricidad, … y pagar a los que lo producen.
Mar llevaba unos años con su familia elaborando vino para consumo propio. Sensible a lo natural y la causa ecologista, no echaba nada a sus vinos porque no le parecía lógico echar allí algo.
Entonces, cuando hizo falta decidir qué hacer con la Zafra, junto a  Ignacio, decidieron que allí harían vino natural.

Nu Tinto ©LeaLip

Leyeron mucho, visitaron muchas bodegas y un día, después de haber conseguido un pequeño local, decidieron tirarse a la piscina con un vino rosado. Empezaron con los mercados agroecológicos donde, aunque consumiesen bastante tiempo, aprendieron mucho del contacto directo con la gente.  Las ferias eran unos momentos increíbles ; para llenarse las pilas de energía y poder compartir. Allí encontraron una familia, la asociación de los vinos naturales. Descubrieron que no estaban solos en elaborar el vino de esta forma y en considerar poco lógico echarle al vino productos químicos.
 Aumentaron su producción y sobre todo la diversificaron (azafrán, aceite,..) en una dinámica de agricultura integrada, campesina. Para asentar sus actividades, decidieron comprar una bodega que, sin saberlo, resultó ser de su tatarabuelo.

El rio volvió a su cauce y ahora sigue su camino.

Hay uno de los Nu que es muy especial para Mar : el Nu Tinto. Es un Monastrell desnudo, sin madera, el que más les representa, que más cuenta el año en el cual se ha cosechado.
Es como estar en casa, con los sabores de toda la vida. Allí, el vino se hacía con Monastrell y lo acompañaban comidas sencillas, campesinas, como las gachasmigas. Mar tendría tendencia a sacar un disco de estos cantos de la tierra, en valenciano. Pero igual la gente no lo entendería. No entendería el mensaje de la Zafra, la historia de los vinos Nu, un proyecto y unos vinos que Mar lleva en su piel.

Es su terreno, su familia, su casa. Y claramente, este Nu tinto de Monastrell, si Mar lo tuviese que contar, sería algo como :

“ I’ve got you, Deep in the heart of me
So Deep in my heart that you’re really a part of me
I’ve got you under my skin”.

¡Pero cantada por Aretha Franklin!

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *