Del final de la fotografía analógica al Black álbum de Saskia

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Saskia ©DemorgetVirginie

Bodega : Les Arabesques
Papel en la bodega : De las viñas a la botella
Región : Latour-De-France, Languedoc-Roussillon
Tamaño viñedo :
Tipo de viticultura : vino natural

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Saskia dejó muy joven la escuela para dedicarse a un oficio que ya empezaba a dar sus últimos suspiros: la fotografía analógica. Trabajaba en un laboratorio donde el patrón era de los que veían con mal ojo aquella revolución que estaba a punto de cambiar la faz de la fotografía, el digital. Se había unido a las filas de la resistencia y Saskia no se formaría al digital.
Sin embargo, esta lucha era en vano y, como lo sabemos todos, los laboratorios analógicos cerrarían todos poco a poco y el digital acabaría triunfando.
Saskia se fue de la región parisina para reunirse con su hermano en Londres. Pero la revolución del digital había también cruzado la Mancha y trabajar en laboratorio se volvía cada vez más complicado. 


Para atar cabos, aceptó la oferta de empleo del restaurante donde estaba su hermano. Enseñaría la fotografía al Sommelier y él le enseñaría de vino. Así fue como se convirtió en el  commis-sommelier de uno de los restaurantes de Gordon Ramsay.
Allí se sumergió en más de 800 referencias  de vino, con unas referencias en vino natural, el sueño de cualquiera que quiera iniciarse al vino.
Siguió con una temporada en La Trouvaille Wine bar (ahora Antidote Wine Bar), una vinoteca especializada en vinos del Sur de Francia. Alain Castex de Les vins du Cabanon, Athénais de Béru del Chateau de Béru o Olivier Pithon, entre otros tantos vignerons (pequeños productores de vinos) venían a la vinoteca en persona para presentar sus nuevas añadas. Le acabaron transmitiendo su pasión y la convencieron de ir a Beaunes, en Borgoña, a estudiar una formación que le permitiese instalarse como agricultora (BP Responsable exploitant agrícole). Esta formación tenía otra ventaja no negligible, le permitía acceder a fondos del estado que, cuando tienes recursos limitados, son de una gran ayuda.

Tuvo la suerte de poder hacer sus prácticas con Jean-Claude Rateau, gran vigneron y pionero de la viticultura biodinámica en Borgoña, que aumentó su sensibilidad en estos temas.
Nada más acabar, Saskia decidió dar el paso y comprar unas viñas, así como una pequeña construcción para poder vinificar. Si no lo hacía ya, sentía que nunca se atrevería a tener su bodega.


Con sus padres viviendo en Perpiñán y siendo el precio de las viñas bastante abordable en esta región de Francia,  fue allí, en Latour-de-France, que se estableció. Es una región que no tiene tradición de bodegas privadas y algunos siguen sin ver con buenos ojos la instalación de nuevas iniciativas privadas. En los pueblos, todo el mundo tenía viñas y llevaba sus uvas a la cooperativa. Fue en los 60-70 que las cosas empezaron a cambiar. Ahora, en Latour-de-France, son varios pequeños productores de vinos que comparten las mismas ideas que Saskia.

Tras 10 años, ha llovido mucho y Saskia sabe más a donde va. Tiene ganas de valorizar todavía más su Terroir y la riqueza de sus parcelas así como de sus suelos variados (arcilla, calcáreo, esquito)
Mantiene también toda una reflexión alrededor del tema del cambio climático y sobre cómo crear un cultivo medioambientalmente sostenible, con un ecosistema basado en la biodiversidad (menos viñas y más arboles) y que no se tenga que regar artificialmente.
La zona donde Saskia está establecida goza de un clima clemente donde la viticultura es fácil. Sin embargo, estos últimos años han visto multiplicarse eventos extraordinarios y pocos beneficiosos para las viñas: heladas en 2017 y 2021, mildiu en 2014, 2018 y 2020, así como incendios en las garrigas. Antes Saskia tenía barricas, pero los años duros era complicado llenarlas. Ahora tiene muchas menos barricas que antes y prefiere cubas de fibras o una cuba ovoide de flextank para elaborar el vino.
Desde entonces, su vida privada también ha cambiado, con su pareja (Ludo) tienen ahora dos niñas. Vendió la bodega para poder tener una casa con un espacio de vinificación, más pequeño, pero integrado a la casa, para poder conciliar los dos.

Saskia ©SaskiaVanDerHorst
Black Album ©LeaLip

Este año, la bodega Les Arabesques celebrará su décimo cumpleaños. Para la ocasión, le hubiese gustado reproducir un vino que había elaborado por casualidad un año  que había encontrado Garnacha Negra en su parcela de uvas blancas. El destino de este vino tendría que haber sido la basura porque sus aromas evolucionaban hacia el acetato (olor a disolvente), pero finalmente se convirtió en un gran vino. Este vino es el Black Álbum 100% Garnacha Negra. Se dice que quedan todavía en algunos lugares unos pocos magnums escondidos.
Con un magnum de Black Álbum en mano, me iría entonces al mercado y compraría los mejores ingredientes para cocinar un manjar que le hiciese honor. Algo de por allí, unas “boles de picolat” (albóndigas en catalán del Rusillon) o aún mejor, un “cassoulet”, un plato de cuchara típico en los hogares franceses del Suroeste en esos días que se hace sentir el invierno.  Sin embargo, aunque haga frio, ¡es una fiesta! No todos los días se tiene entre manos una botella que nunca más se reproducirá: el Black Álbum.

Y este Black Álbum, es Prince que lo toca, con una tecnicidad desbordante de creatividad y una energía que le daría envidia a más de uno.

¡Es funky, y vaya marcha!

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